viernes, 27 de diciembre de 2013

LA SOBERBIA

La soberbia en los saberes es un pecado mortal por el cual tendrán que pagar muchos españoles en algún limbo especial que tiene Dios reservado a los soberbios. La soberbia se cura, tiene cura: con grandes dosis de humildad, tragada tres veces al día, antes de las comidas, todos los días del año. Todos los años de la vida. El que quiere aprender tiene que ser humilde y reconocer que no lo sabe todo. Que siempre hay algo más. Y creo que lo peor de hacerse viejo es darse cuenta de lo poco que se sabe después de una vida aprendiendo y estudiando. Decía Santiago Ramón y Cajal, hombre humilde en sus saberes, que cada hombre puede ser arquitecto de su propio cerebro. Los soberbios lo saben todo. Los soberbios les dicen a los demás cómo aprender un idioma, sin aplicarse el cuento. Los soberbios escriben libros a tontas y a locas sobre temas que desconocen. Los soberbios publican esos libros. Los soberbios siempre tienen razón. Los soberbios me discuten que en español el signo (‘) se llama apóstrofe en vez de apóstrofo. Los soberbios me dicen que manzana en inglés es “eipel”… a mí. Los soberbios son los mejores profesores. Los soberbios retrasan el avance de los demás, amargan la vida de los otros y no aprenden nada. El “que inventen ellos” fue una frase desgraciada lanzada al aire por un egregio e inteligente hombre de nuestras letras.

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