Para los
hispanos que quieren dominarlo (el inglés), la mayor dificultad proviene de su fonética.
Los idiomas se “cantan” sin darnos cuenta de ello. Cada uno tiene su música
especial y basta oír de lejos a alguien para saber, sin entenderle, si está
hablando francés, ruso, italiano, español o inglés. Pues bien, la “música” del
inglés y del español son completamente distintas. Tan distintas que el inglés
hablado a la española no se entiende, mientras el español hablado por un
ingles, aunque mal, se entiende. Se debe a que el español tiene fonemas o
sonidos mucho más claros y específicos para cada letra del alfabeto.
Las cinco
vocales españolas –a, e. i, o, u–, pese a ciertas
variantes, son relativamente diáfanas. Si a ello se añade que el español es uno
de los idiomas con más equilibrio interno de las palabras –consonante, vocal,
consonante, vocal-, en vez de amontonar vocales o consonantes, como ocurre en
otras lenguas, los sonidos de cada letra española resultan imposibles de
confundir. Mientras el inglés, ¡Dios mío!, ¿Cuántas vocales tiene el inglés?
¿Diez, quince, veinte? Nadie lo sabe con exactitud, ya que una “a” puede
pronunciarse como “e”, como “ae” o como
“ei” según le pete. Y cuando se pregunta a un inglés por que Peter se pronuncia
Piter, la única respuesta que obtiene es “Porque así se ha pronunciado
siempre”.
Del Prólogo de JOSÉ MARÍA CARRASCAL a
PHONÉTICA INGLESA PARA TORPES (Madrid: Anaya, 2015), por Delfín Carbonell
Sin dudas para los hispanoparlantes, la mayor dificultad a la hora de querer dominar el idioma inglés es la fonética. Sin embargo, no tiene nada esto que ver con que el español tiene fonemas o sonidos mucho más claros. La realidad es que los sonidos – por ejemplo – las vocales son claras y específicas para cada persona que se comunica en su idioma nativo, pero en un inicio, nunca serán claras para los que no se comunican en el idioma dado. Para los angloparlantes, “sus” vocales o sonidos son mucho “más claros y específicos”, que los de la lengua española. Por este motivo considero un error hablar de sonido más o menos claros comparando idiomas. Un angloparlante no confunde los sonidos originales de su idioma natal.
ResponderEliminarLa realidad es completamente otra. Los idiomas no se “cantan”, se hablan con la ayuda de sonidos auténticos y se han desarrollado o evolucionado en una dirección u otra a partir de sus raíces ancestrales, ya sea en su gramática o en su fonética. El idioma español dentro de la familia de las lenguas romances ha evolucionado hacia la complejidad de su gramática – basta ver la cantidad de tiempos del pretérito - pero a su vez en lo que respecta a la fonética ha avanzado hacia la simplicidad de los fonemas, por ejemplo no hay diferencia en la pronunciación entre los sonidos “V” y “B”, algo que es habitual en muchos idiomas. De aquí la dificultad que representa para un hispanoparlante primero “oír” los sonidos de otros idiomas a los que su cerebro no está acostumbrado. Y por supuesto si no se oye un sonido se es incapaz de repetirlo.
Cada idioma tiene un “equilibrio interno” propio, que al dominarse a través de la constante práctica diaria hace que nos internemos en un mundo único, irrepetible. No hay idiomas “más o menos equilibrados”. Hay solo idiomas con sonidos intrínsecos en los que nos comunicamos.
Un error grave a la hora de emprender el maravilloso viaje del aprendizaje de un idioma es sin duda alguna el ceñirse a la “seguridad comunicativa” que poseemos en nuestro idioma natal. Por esto no considero que los ejemplos ofrecidos allanen el camino a los futuros estudiantes. Un mal comienzo y en el aprendizaje de idiomas, el comienzo es importante.
Prefiero "anglohablante" a "angloparlante" siempre. En castellano hablamos, no parlamos.
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