Mi bisabuelo Bartolomé Carbonell Sirera hablaba valenciano con sus hijos, y mi abuelo Vicente hacía lo mismo con sus hermanos. En casa de mi madre no se hablaba otra cosa, hasta el punto de que su padre Julián, y su hermano Pepe, se veían en un aprieto para desenvolverse en castellano. Yo les oía a todos hablar el valenciano, entre ellos, con el fontanero que venía a casa, con el "llanterner" de enfrente de casa, con el "femater" que devolvía mi tortuga que se metía en la basura... pero nadie se dirigía a mi en esa lengua. Todos me hablaban en castellano. Varias veces le pregunté a mi madre por qué, Y no supo nunca contestarme. Pero teniéndolo tan crudo, con tan poca ayuda externa, sin ningún interés de la familia, habiédnome desvinculado de ese entorno a los 11 años ... lo hablo. No tan bien como debiera, pero lo hablo. Y lo pronuncio muy bien. S´han fotut tots! S´han fotut perque encara hui puc parlar eixa llengua que jo trove tan bonica. Assi que, com día ma mare: Bona nit, cresol, que la llum s´apaga!
En mi familia ahora, y al hablar castellano, palabras y frases como "forat", "bony", "cul", "ull de pessol", "gentola", "fer la ma". melsa, xiquet, xe ... se oyen en boca de gente que no habla valenciano. ¡Misterios del aprendizaje de los idiomas!