Los traductores anónimos son lo que matan el idioma, the bane of language.
En Halloween, que ha invadido España de una manera enloquecida, los niños llaman a la puerta y gritan Trick or treat! Y el que abre les da caramelos, dulces, o con la puerta en las narices, que de todo hay.
Pero el traductor aficionado impuso su versión castellana como Truco o trato... y se quedó tan contento y a gusto. Se olvidó de que el verbo to treat significa, además de tratar, invitar, convidar. O me invitas o te hago una trastada. A treaty sí sería un trato, un tratado. Pero creo esto ya no tiene arreglo.
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