Dicen que las
palabras se las lleva el viento, pero lo escrito, escrito está… y se puede
releer, y sacar a relucir años después. Y lo que escribimos enfadados hoy,
quedará para siempre, y a lo peor nos lo echan en cara en el futuro.
El lenguaje
familiar, coloquial, argótico, juvenil, se acepta en el discurso cotidiano,
hablado entre familiares, amigos, colegas, conocidos, compañeros de clase… pero
que puede chocar cuando lo empleamos en una carta o una nota.
En una segunda
lengua el peligro es aún mayor. Habremos oído a nativos emplear expresiones
como fucking car, damn traffic, shitty teacher…que en lengua inglesa parecen normales y no suenan
tan mal como jodido coche, maldito tráfico, profesor de mierda. Pero suenan mal, si no peor.
Es curioso,
pero en boca de un extranjero el insulto, la palabrota, el argot, la jerga,
suenan peor. Y suenan peor porque nunca esperamos que un extranjero sea grosero
y malhablado. Se espera más del foráneo que del nativo.
Palabras como shit, mierda; crap, basura; slut, puta;
dyke, torti; bastard, cabrón; fucking,
jodido; fag, maricón; cunt por mujer, son inaceptables y jamás
las emplearemos por escrito en nuestra segunda lengua, por si acaso.
No escribiremos
dough sino money. Tampoco buck sino dollar. Gentleman o man es mejor que guy. Girl suena
mejor que chick. Cough up es de baja
estofa por pay.
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