La
palabra escrita es el enemigo número uno del aprendizaje de idiomas. El alumno
forma imágenes visuales de las palabras en vez de “imágenes” acústicas y cuando
le hablan trata de traducir los sonidos a signos escritos, que en lengua
inglesa son tan enrevesados. El resultado es que descifra con mucha lentitud y
se pierde.
Por eso abogo por aprender los sonidos
y escuchar todo lo posible. Hay que practicar la parte pasiva del idioma, la
parte que se puede hoy practicar en solitario, escuchando mucho.
Debemos cultivar las repetidas cuatro
habilidades:
Hablar
Entender
Leer
Escribir
Y
añadir a la lista la más importante: el
sonido, la fonética, el habla. Y para eso he preparado mi PHONÉTICA INGLESA (Anaya, Sept, 2015).
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