miércoles, 9 de noviembre de 2022

CAFÉ CON AROMA DE MUJER



 Por curiosidad lingüística, eché una ojeada a la serie colombiana de antena 5, que ha llegado precedida de mucho bombo y platillo por parte de la cadena española. Siempre he creído que la labor del actor era comunicar, ser entendido, articular de forma que el oyente, el espectador, comprenda lo que se le dice. Pues no, estaba equivocado, como siempre. No logré comprender más del 20 por cien de lo que decían, dicen, los protagonistas. Especialmente la joven que creo tiene el papel principal, no articula de manera comprensible y exagera su dejo colombiano-venezolano arrastrando y farfullando las palabras (slurring) con una sonrisa que clama ser atractiva. Aparte de que esta serie reivindica un machismo trasnochado, fin de siglo XX, que espero no sea reflejo de las sociedades hispanas de hoy, al sur de México. El famoso guionista americano Robert McKee se quejaba en una entrevista de que a los actores norteamericanos no había forma de entenderles por lo mal que enunciaban los sonidos ingleses. ¿Es esto de pronunciar mal y al desgaire una moda universal? ¿Se creen así más auténticos? No me resigno a que me den gato por liebre y exijo profesionalidad en el lenguaje a los actores, por muy jóvenes que sean y por muy colombianos que sean.

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