viernes, 4 de marzo de 2011

Estudiar, no. Concentrarse y aprender.

Aristóteles, abre su Metafísica diciendo Los hombres por naturaleza desean saber. Y así es. Esa curiosidad innata del hombre es la que nos ha llevado a hacer inventos como la rueda, el arado, la imprenta, el telégrafo, y los libros de autoayuda. El hombre desea aprender, pero no estudiar. No quiere emplear el tiempo en estudiar lo que no cree práctico o le resulta tedioso. De ahí que no se lean las instrucciones de los aparatos que se compran. La gente empieza a tocar teclas y apretar botones, pero no se sienta a leer instrucciones (ha salido hasta con rima). Quiere aprender a manejar el trasto que acaba de comprar, pero detesta tener que sentarse a estudiar un manual.

Dejemos, pues de estudiar, y comencemos a concentrarnos y aprender. Especialmente la lengua inglesa.

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