These days I am toying
with the concept of languaculture, coined my Michael Agar. I will write my
conclusions which will differ from those of Agar.
Mientras tanto
quiero avanzar la idea de la importancia de los chistes –sobre los cuales ya
escribió el Dr. Sigmund Freud un interesante librito.-
Muchos de los
chistes son imposibles de traducir o de trasladar a otro idioma por sus
complejidades lingüísticas o culturales. Lo que haría reír a un inglés dejaría
de piedra a un español, por ejemplo. Y, claro, no es cuestión de “explicar” el
chiste porque perdería toda su gracia. Los chistes se apoyan en supuestos
culturales y de lengua que no se pueden trasladar: “Why was 6 afraid of 7?
Because 7, 8, 9.” A ver quién es el guapo que traduce eso.
A pun –in Spanish “retruécano”-
is employed more often in English than in Castillian. In both cases difficult
to render from one to the other language. Un camaleón puede ser un león en la
cama. Y un circuito corto es un cortocircuito.
When past, present
and future walked into a restaurant… it was tense. And, of course, a boiled egg
every morning is hard to beat.
Think about this.
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