Hablar un idioma lo hace cualquiera, salvo algunas excepciones, y lo que verdaderamente tiene valor es dominar dos.
Dos idioma paralelos, que van al mismo ritmo, al mismo nivel, en las cinco habilidades:
fonética
escritura,
comprensión
habla
lectura
Pero esto no se consigue sin esfuerzo y sin sortear dificultades. La más
importante es que estos dos idiomas hacen interferencias.
Y por eso resulta que los errores que comete un hispanohablante no son
los mismos en los que incurre un alemán, por ejemplo.
Contra esto tenemos que pelear, luchar con ahínco. Y poner el doble de
esfuerzo: tenemos que leer en DOS idiomas; tenemos que oír DOS idiomas;
tenemos que hablar DOS idiomas... este problema no lo tienen los
monolingües. Pero ellos se lo pierden.
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