Hace años, cuando las mujeres en Europa vivían bajo el terror del machismo, tenían que llevar el pelo recogido en sus salidas a la calle. Esto todavía persiste entre los judíos ultraortodoxos y entre los musulmanes, por la creencia de que el pelo es de atracción sexual e incita al pecado. Las europeas, al llegar a casa, se soltaban el pelo, y posiblemente se quitasen la faja y el corsé, y se relajaban. Por eso tenemos la expresión en los dos idiomas que ahora nos interesan, inglés y castellano, soltarse el pelo (la melena) y let one´s hair down, actuar de manera despreocupada, sin inhibiciones.
“In New York, where nobody knows you, you can let your hair
down and dance and flirt.”
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