lunes, 15 de abril de 2024

LOS LÍMITES DE NUESTRO IDIOMA


 

El mayor enemigo de cualquier idioma es la creencia de que lo que sabemos del nuestro es todo lo que hay que saber de él. Lo que ignoramos, no existe. Y así nos va, porque dejamos en manos de los que todavía están aprendiéndolo el oficio, escribir en público y traducir de otros idiomas. Así oigo en el mercado que "al perro viejo no se le puede enseñar trucos" que es una traducción del inglés ajena al castellano, "you cannot teach an old dog new tricks." La creencia de que los viejos no pueden aprender se refleja en la expresión "loro viejo no aprende a hablar." No me cansaré de repetir que antes de traducir expresiones a la ligera, convendría rebuscar y hacer algo de investigación por si en nuestro propio idioma ya tenemos frase similar, que normalmente "habelas, hailas."

--"Loro viejo no aprende a hablar." Tomás Carrasquilla, La marquesa de Yolombó, 1928. Colombia.

--"Como decía mi madre: loro viejo no aprende lengua." Luis Landero, Juegos de la edad tardía, 1989. España.

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