Parece ser que hoy, 23 de noviembre, celebramos el Día internacional de la palabra "con la finalidad de destacar la importancia de la comunicación en la sociedad a nivel mundial", nos dice Google. Esto me recuerda lo que decía mi profesor Mario Pei quien venía a decir que con los idiomas no se entiende la gente, y citaba la revolución rusa y la guerra civil española, donde los contrincantes hablaban la misma lengua pero no se entendían. Es ilusorio pensar que "hablando se entiende la gente", como dice el dicho español, y si no que se lo digan a palestinos e israelitas. Esto lo compruebo yo todos los días, en escritos, en charlas, conversaciones, cuando noto que los corresponsales e interlocutores no me entienden, o no quieren entenderme. Cierto es que ya hablo y escribo un castellano e inglés anticuados y pasados de moda, pero no difieren tanto del moderno y adelantado hablar de los jóvenes de ambos idiomas. A pesar de ese fallo en la comunicación, debemos intentarlo, debemos rendir culto a la palabra, al idioma y echar mano siempre de gramáticas y diccionarios antes que de palos, cuchillos o misiles.
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