CITAS HISPÁNICAS: OPOSICIONES
Julio Caro Baroja, en Los Baroja (1972), nos regala una de esas frases suyas que cortan hondo:
“En España hay algo que envilece a casi todos los profesionales o facultativos (llamarles intelectuales en bloque sería abusar de una palabra ya bien prostituida desde hace tiempo); este algo es el sistema de oposiciones. Nadie que sea un poco inteligente puede creer en él como cosa útil para seleccionar bien a gentes que queden, en lo mental, por encima de los carteros rurales o los alhondigueros.”
Con habitual ironía melancólica, Caro Baroja denuncia el mal endémico de las oposiciones, ese mecanismo que premia la memoria y la docilidad, y castiga la imaginación, la independencia o el genio. No ataca a los funcionarios, sino a un sistema que, en nombre del mérito, ahoga la verdadera inteligencia y desanima a los espíritus libres.
Caro Baroja señala un viejo vicio español: la confusión entre saber y repetir, entre estudiar y pensar. El sistema produce eruditos sin criterio, profesionales sin curiosidad y una élite sin verdadero espíritu intelectual. Por eso decía que el talento, aquí, no se estimula: se domestica.
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